Con una paleta neutra de fondo, en las paredes y el suelo, y el color que se añade en la decoración con muebles, objetos y obras de arte, hacen de esta casa un espacio atractivo y con mucha personalidad.
La casa que se encuentra en Atenas, Grecia, tiene la particularidad de haber sido un garaje antes de convertirse en la morada de Andreas Manolioudakis, su propietario.
Se trata de una residencia de 160 metros cuadrados hecha en lo que fue en algún momento un garaje (estacionamiento) subterráneo, y ahora es una vivienda con un diseño interior exclusivo, que refleja la personalidad artística de su propietario.
La transformación estuvo a cargo del arquitecto griego Kiriakos Katsaros, quien se enfrentó a un importante desafío: el de convertir un oscuro garaje subterráneo en una residencia habitable con luz natural.
La luz natural fue traída dentro de la residencia tomando ventaja del edificio opuesto descubierto de tres pisos, que fue convertido en una inclusión cubierta en el interior, que consiste de un techo vidriado, abarcando la cocina traslúcida. Además un pequeño jardín interior se incluyó, llevando así el exterior a la casa.
La casa tiene espacios abiertos, para crear una intensa sensación de libertad, a la vez las obras de arte y elementos decorativos que rodean el interior, logran un ambiente único y con una fuerte presencia.
La cocina se lleva toda mi atención, la mesa rústica de madera en color verde, se combina con el modelo de silla Mademoiselle de Philippe Starck de Kartell, y que creo es la versión Vevey, moderna y elegante.
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Vía: yatzer