Esta cocina blanca con un toque rústico, que además integra una zona de comedor, es una perfecta idea para quienes prefieren los ambientes luminosos, modernos pero con un guiño distintivo y original.
Si bien las cocinas blancas están entre mis preferidas, esta cocina que elegí para mostrarles hoy, me parece particularmente atractiva, pues cuenta con varios detalles que le suman interés al espacio. El primero de estos detalles, y que más se destaca es la pared de ladrillo visto.
También en una cocina es válido crear una pared de impacto, que se convierta en el foco de atención de esta estancia, y aquí se consigue con un muro que deja ver el ladrillo.
Este tipo de acabado en una pared, dota de un toque rústico al ambiente, y al mismo tiempo, contrasta con el resto de las superficies de la cocina, en las que predomina el blanco.
En el esquema de colores de esta cocina, son protagonistas los tonos claros y neutros, y irrumpen los tonos cálidos, a través de la pared de ladrillo visto y de una alfombra roja.
La zona del comedor se encuentra integrada a la cocina, y en ella el mobiliario elegido es totalmente blanco y de líneas simples.
El suelo de madera pintado de blanco, unifica el espacio y le aporta mas luminosidad. Mientras que, el brillantes acabado para todos los artefactos de cocina es el acero inoxidable.
El conjunto de cocina y comedor es atractivo, cálido, moderno, luminoso, y con una decoración con el toque rústico que aporta la pared de ladrillo visto.
Fotos Decoracion: Alvhem