Cocina con comedor incluido, dos áreas integradas en un mismo espacio, algo bastante común y que vemos con frecuencia. Pero hay algo que si me resulta innovador y atractivo, es la forma en que se ha pintado una de las paredes de esta cocina-comedor, una pared con un particular diseño y mucho amarillo, que indudablemente se roba todas las miradas.
El color amarillo intenso que tampoco pasa inadvertido, está presente en esta pared de impacto, sobre la que se apoya la mesa del comedor diario, también en una guarda sobre la encimera, y en una franja ancha que rodea la pantalla de la lámpara de techo.
Ahora bien, esta suma de detalles le dan vida y personalidad a este ambiente, pero esto no es todo, hay mas color para añadir.
Unas sillas blancas con una de sus patas pintadas en diferentes colores contrastantes. Sólo una de las patas de cada silla tiene un color diferente, y esto es suficiente para crear un ambiente divertido e interesante.
Esta idea, algo excéntrica y muy alegre, me parece una alternativa ideal para aplicar tomando como base mobiliario blanco. Con unos toques de pintura, de uno o varios colores, podremos transformar cualquier mueble discreto, en una pieza original y llamativa.
Imagen Vía: desiretoinspire