Los biombos y separadores de ambientes son complementos decorativos que si se los sabe aprovechar pueden resultar sumamente prácticos.
En algunos casos se los utiliza para crear nuevas áreas o zonas dentro de un mismo espacio, también para disimular o cubrir algún rincón que no nos gusta en una estancia, el radiador por ejemplo, y en otras ocasiones, simplemente se los usa como accesorio para decorar desde un salón hasta un dormitorio.
En la primer imagen se colocó un biombo, blanco, con una trama muy delicada, delante de una ventana. Justamente la ventana no tiene cortinas, y se aprovecha la presencia del biombo para matizar la luz solar, que ingresa a la zona del salón.
Esto crea un ambiente apacible, que se complementa con un sofá cubierto por una manta y varios cojines de colores. En uno de los lados del sofá, la lámpara arco sirve como iluminación puntual de este espacio.
Realmente me gustó la utilidad que se le ha dado al biombo en este caso. Pues no sólo resulta muy decorativo el efecto de la luz natural atravesando el delicado patrón del biombo, sino que también sirve para dar sombra al salón.
En la segunda imagen, el uso de un biombo se aplica a un dormitorio.
Precisamente se lo ha ubicado detrás del cabecero de la cama. Una cama de diseño sencillo, pero que cobra interés a partir del elegante biombo que se destaca, apareciendo detrás del cabecero.
El resto del dormitorio, también es bonito, decorado en colores blanco y azul, con un marcado aire femenino.
Una silla vintage y un dosel, añaden interés a la decoración, pero la versatilidad, tanto en este dormitorio como en el salón, está a cargo de los biombos.
Vía: decorology