Hace poco en una revista de decoración e interiorismo, en la portada más precisamente, me topé con un comedor soñado. El tipo de comedor con el que me sentiría muy contenta de tener, sino fuera porque es un estilo que mi esposo no comparte. Más que un estilo, es una mezcla o una composición, se trata de una combinación de minimalismo y barroco.
No me gustan los espacios totalmente decorados con estilo barroco, pero sí con algunos detalles.
Esos detalles del barroco que se mezclan con tendencias actuales en los interiores, evitando recargar los ambientes, pues creo que un exceso de barroco es agobiante, y un exceso de minimalismo es frío.
Las imágenes de este post muestran un poco de esa combinación del antiguo barroco con lo moderno del minimalismo.
Con el barroco se consigue dar calidez y un toque romántico a los espacios que con el minimalismo puro, como antes decía, serian fríos y algo desangelados.
El diseño interior toma cierto dinamismo y vivacidad con piezas como lámparas y muebles de estilo barroco. Las formas del barroco adaptadas a nuestra época y a los interiores actuales, dan brillo, crean curvas y destacan colores vibrantes como naranjas, fucsias y verdes.
El contraste del clásico barroco con el modernismo, lleva calidez y sofisticación a los ambientes, que con esta mezcla de estilos se vuelven ricos y eclécticos.
Retomando el comienzo de estas líneas, el comedor soñado que mencionaba, tiene suelo y paredes de un blanco inmaculado, al igual que la mesa del líneas puras y simples, dos butacas de diseño contemporáneo como sillas cabeceras, y el resto de las sillas que rodean la mesa son absolutamente de diseño barroco, estilo que se repite en la iluminación, con una lámpara araña de hierro y cristales, y para rematar un vajillero laqueado moderno.
Imágenes vía: kikette-interiors