Dos salones bien distintos, cada uno con un estilo diferente y con soluciones decorativas muy prácticas que pueden aplicarse en otros espacios.
En el primero de los salones, se trata de un estilo moderno, actual, donde el color predominante es el blanco, que se repite en paredes, la puerta, los muebles e incluso el suelo está pintado de blanco.
Algunos detalles añaden color, creando un ambiente, simple, limpio y agradable de paletas neutras.
El contraste lo marcan accesorios en color negro. Uno de los detalles que más me gustó en este conjunto es el uso que se le ha dado a unos espejos, colocados en un grupo de tres y detrás del sofá. Suman elegancia y su verticalidad crea un efecto visual de mayor altura en la estancia. Este es un efecto que puede resultar sumamente útil si se trata de habitaciones con techos no muy altos.
En el segundo salón las tonalidades cálidas se adueñan del ambiente, rojo y tonalidades tierra, crean un relajante ambiente en esta sala.
Se utilizó madera en varios elementos, como en la carpintería, y en una mesa de centro, que es también la encargada de añadir calidez.
Esta mesa de estilo rústico me parece buena opción para crear un armonioso contraste con la elegancia de la decoración del resto del salón. Las tonalidades cálidas se matizan con piezas y objetos en color blanco.
Vía: decorology